Vuelan las Nuevas

redes-sociales13

Iconos de varias redes sociales

En general, desde que las redes sociales forman parte de nuestro día a día, la gente comparte contenido y si éste tiene un interés especial se viraliza y se convierte en todo un fenómeno; normalmente el contenido que tiene tanto éxito pasa desde retos imposibles, alocados y peligrosos hasta hazañas humanitarias encomiables, sin olvidar algunos sucesos de lo más violentos y despreciables. Pues bien estimadas lectoras y estimados lectores de este diario, el artículo que hoy presento distará bastante de lo que suelo publicar en mi sección, ya que como bien saben, me dedico exclusivamente a la actualidad económica y política de nuestra ciudad.

La verdad es que por mi edad y por mi poca afinidad con la tecnología punta de la información, no suelo ser asidua a navegar por redes sociales. Sin embargo ayer, tras finalizar mi jornada laboral, me disponía a salir de la redacción, cuando oí que uno de mis compañeros, Pedro Delgado, hablaba de unas publicaciones que venían haciéndose en redes sociales como Facebook e Instagram, desde hacía un par de semanas y que se estaban viralizando de una forma descontrolada; me acerqué simplemente para despedirme, pero él me invitó a que le echara un vistazo. La verdad es que en un principio no le presté demasiada atención, no obstante ante su ferviente insistencia le dediqué unos minutos que fueron suficientes para dejarme un tanto extrañada.

Varias publicaciones en Instagram mostraban fotografías de los propios usuarios con un aspecto bastante cansado y demacrado; en los pies de página, casi todos coincidían en una misma explicación y es que descasaban más bien poco por culpa de una pesadilla recurrente a la que llamaban #laestrellaroja. Le pregunté a Pedro si sabía de qué se trataba y básicamente me contestó que hacía unas pocas semanas, muchos jóvenes usuarios de las redes sociales habían creado ese hashtag a raíz de otra publicación de una YouTuber de Metrópolis, bastante reconocida y seguida casi por 500.000 usuarios de todo el mundo. NiNsHuBar89 la YouTuber en cuestión, contaba en ese video que se hizo tan popular por su siniestro contenido, que tenía desde hacía un par de semanas un sueño horroroso en el que un asteroide de proporciones descomunales, envuelto en una virulenta capa de ardiente fuego caía sobre la ciudad de Metrópolis reduciéndola a un cráter humeante, desolador y lleno de una ceniza estéril. Al parecer, dicho video fue visionado por los usuarios de todo el mundo alrededor de unas ochenta mil veces y compartido hasta la saciedad, creando en el proceso el ya mencionado hastag #laestrellaroja.

Es bien cierto que en un principio mi opinión sobre el tema era bastante escéptica; de hecho y a pesar de lo extraño de las publicaciones, a mis compañeros les comenté que seguramente se trataba de alguna absurda moda juvenil para llamar la atención o para conseguir algunos likes extra en redes sociales y ascender en popularidad. Afirmé además que sería probable que aquello pudiera tratarse de alguna estrategia de marketing de alguna empresa para comercializar algún tipo de producto contra el insomnio o algo por el estilo; incluso añadí que pudiera ser una broma de mal gusto de los propios creadores de contenido digital de esas plataformas y que tarde o temprano saldrían a dar explicaciones para evitar posibles sanciones penales u económicas. Así que les recomendé a mis compañeros que dejaran ese asunto para los becarios de nuestro rotativo y que se centraran en las próximas noticias que podían provenir del Presidente de la compañía System Cores.

A pesar de mi dura actitud frente a este hecho, me he visto obligada a cambiar de parecer de una forma casi inmediata, puesto que anoche, al llegar a mi casa, y tras haber cenado frugalmente como suelo hacer, me senté frente al televisor para repasar los canales de noticias 24 horas; a decir verdad, mi ritual diario discurrió como de costumbre hasta que en medio del zapeo, acabé en el canal del Gobierno de la Ciudad Estado de Metrópolis en el que interrumpieron la emisión diaria de actualidad sobre las personalidades locales, para dar una noticia poco usual. Establecieron una conexión en directo con el Observatorio Astronómico, en el que mi compañera de profesión Carla Schmidt había sido enviada como reportera para cubrir el suceso. En un principio fue una agradable sorpresa ver en pantalla a Carla desempeñando su trabajo con su buen hacer y su gran profesionalidad, pero al poco me empecé a sentir inquieta y curiosa a partes iguales. Carla entrevistó a uno de los observadores astronómicos que le contaba con cierto entusiasmo el reciente descubrimiento: hacía tan sólo unas pocas horas que habían recibido una llamada de un ciudadano anónimo de Metrópolis, aficionado a observar las estrellas desde su hogar, que les indicó que en el cielo del atardecer podía verse un cuerpo celeste desconocido para él y que resplandecía con un fulgor rojizo que lo dejó fascinado. El trabajador del observatorio explicó a cámara que entonces fue cuando ajustaron el potente telescopio del centro usando las coordenadas facilitadas por la persona que llamó. Carla continuó con la entrevista preguntando si podía saberse más acerca de dicho cuerpo celeste y el observador contestó que se trataba de una especie de asteroide de un tamaño considerable y que se encontraba a una distancia parecida a la del planeta Marte. Mi compañera también quiso aclarar si el aerolito en cuestión podía representar algún peligro para la Tierra, a lo que el operario del observatorio respondió que aún era pronto para determinarlo; sin embargo, el hombre afirmó que lo que resultaba realmente extraño era que ese asteroide hubiera aparecido de la nada, de un día para el otro, sin ser detectado anteriormente por los satélites o los dispositivos de seguridad tan avanzados de la compañía System Cores. Al mencionar a System Cores, recordé que el presidente Mc Arthur tenía prevista una rueda de prensa sobre los nuevos proyectos que iban a llevar a cabo desde la compañía; pensé que podría ser una buena ocasión para preguntarle sobre el tema del asteroide.

Con esa convicción, apagué el televisor y me preparé para acostarme. Entré en mi habitación, y como atraída por la curiosidad de ver aquel cuerpo celestial que había sido la noticia del día, me puse frente a la ventana para echar un rápido vistazo hacia arriba. La contaminación lumínica de la ciudad no permitía observar muchas estrellas estando dentro de la misma, en medio del bullicio urbano, pero allí, en mi casa apartada en una pequeña urbanización a las afueras, el cielo nocturno era un espectáculo espléndido, incluso me atrevería a decir mágico. Observé con gran admiración durante unos instantes aquel cielo oscuro con un estampado brillante y de pronto en la lejanía, sobre el resplandor anaranjado y pálido que proyectaban las luces de la ciudad, eclipsando a todas las demás constelaciones, la vi. Grande, resplandeciente, de un rojo carmesí intenso y me atrevería a decir amenazante.

Esta noche, estimadas lectoras y estimados lectores, yo también he soñado con el cataclismo provocado por #laestrellaroja.

Jane Weathers.
Metropolis Daily Journal.

 

Fragmento del Libro de Sūnya

Los Perversos Avances de Silverio

El doctor Silverio Apolión, armado con una de sus ominosas jeringuillas, cargada con la nueva sustancia que acababa de sintetizar, se acercó lentamente a Dahlia, como si disfrutara siniestramente con cada uno de los pasos que daba hacia la muchacha. Inconscientemente dejó que en su cara se perfilara su característica sonrisa afilada, mostrando unos dientes perfectamente colocados y puntiagudos. En todo momento, él tenía el convencimiento de tener absoluto control sobre la situación. Su mente barajaba las mil y una posibilidades del resultado de aquella inyección de poder que estaba a punto de administrarle a su fiel colaboradora, pero el fracaso no era una de ellas. Sus resultados siempre habían sido excelentes y nadie podía reprocharle fracaso alguno en los 30 años que llevaba de carrera. Salvo Edgar… ¡Ese estúpido e inútil aprendiz! Sin embargo, su estimadísima Dahlia eliminaría ese borrón de su cuenta como si jamás hubiera existido y le daría el éxito que tanto ansiaba frente al resto de investigadores de System Cores.

Mientras avanzaba lenta y pausadamente hacia la camilla donde reposaba la joven mujer, sus manos ávidas de éxito se movían de forma nerviosa, frenética y mecánica signo de su ya irreversible locura. Pronto, la fórmula elaborada a partir de la muestra de sangre de la extraña mujer venida de otro mundo y de sus más secretas investigaciones daría un imponente resultado; así pues, Dahlia se convertiría en su mayor éxito, haciendo que el Presidente de System Cores, Mc Arthur claudicara y le otorgara el tan ansiado ascenso.

De igual manera, con el avance de sus investigaciones de dudosa moralidad, Silverio Apolión haría que Maximilian De la Haye, el jefe de seguridad que siempre iba dos pasos por delante suyo, se arrodillara ante él de una vez por todas.

La joven Dahlia, su proyecto más grande sería la respuesta a todo lo que él había estado buscando.

Hasta el mismísimo alcalde de Metrópolis tendría que dedicarle una calle… Aunque su más profundo deseo era el de obligar al alcalde a que le entregara el bastón de mando de la mismísima ciudad.

Fragmento del Libro de Sūnya

 

Dr Tomoe

Dr. Tomoe, personaje creado por Naoko Takeuchi para el manga/anime Sailor Moon.